Un túnel de 27 metros a través de algo… ¡Guau! Tienes un espacio abierto a 27 metros bajo tierra, ¿verdad? Hay un vacío ahí abajo. Bueno, tienes que confirmar si es un túnel, y la única manera de saberlo es extrayendo el núcleo. Exactamente. El asunto nos dará tiempo para encontrar un tesoro.
Con el inicio de otra temporada, el comprometido equipo que busca los Tesoros Ocultos de Oak Island trabaja sin descanso. Cada nueva excavación y perforación saca a la luz más artefactos, acercándolos a la resolución del antiguo misterio de la isla. Esta temporada ha sido particularmente rica, con numerosos hallazgos que arrojan luz sobre fragmentos de la historia que llevan mucho tiempo ocultos bajo tierra. Cada descubrimiento parece un paso más cerca de la verdad. Pero después de todo esto, ¿podría ser este el fin de la búsqueda?
Antes de empezar, pregúntate. Lo que han descubierto es más sorprendente de lo que nadie esperaba. Más cerca del tesoro que recorrieron en este viaje, el equipo ha descubierto una amplia gama de reliquias asombrosas. Algunos de estos hallazgos parecen demasiado buenos para ser verdad, mientras que otros parecen algo extraño. Con cada nuevo objeto que desentierran, se acercan cada vez más a su objetivo final.
Pero, ¿qué han encontrado exactamente hasta ahora y cómo cada descubrimiento impulsa su búsqueda del tesoro? No tenían ni idea de que el siguiente hallazgo revolucionaría todo lo que sabían sobre Oak Island.
Uno de los descubrimientos más emocionantes de la temporada 11 se produjo en el lote cinco, una pequeña zona donde el equipo descubrió un fragmento de cerámica. No se trataba de una pieza cualquiera, sino de una con características peculiares que sugieren una historia compleja y antigua. El equipo estaba explorando tierras inexploradas cuando la encontró, y las características de la cerámica sugieren algo mucho más profundo bajo la superficie.
Esta pieza en particular, con un borde vidriado púrpura y un interior más oscuro, podría datar de una época muy anterior a la creación del famoso Pozo de los Mokeys. El experto en cerámica del equipo quedó impresionado por su antigüedad y posible origen. Considera que podría provenir de Europa y datar del siglo XVII. Este descubrimiento plantea una gran pregunta: ¿cuándo comenzó la gente a explorar o vivir en Oak Island?
Pero la cerámica era solo una de las muchas pistas. Durante su excavación cerca de una formación rocosa circular, Gary, el experto en detección de metales, descubrió un viejo pestillo de hierro enterrado en las profundidades del subsuelo. Este pestillo podría haber formado parte de un sótano o incluso de una trampa oculta. Su presencia sugiere que quienquiera que haya estado en la isla hace mucho tiempo pudo haber modificado el terreno intencionalmente. Podrían haber intentado ocultar algo o mantenerlo seguro.
A medida que el equipo profundiza, empiezan a preguntarse si la formación circular de piedra es en realidad un elemento natural. ¿Podría haber sido construida por manos humanas para ocultar algo valioso? Con la pieza de cerámica y el pestillo de hierro hallados tan cerca, esta teoría cobra fuerza. ¿Podría esta zona haber sido algún tipo de almacén oculto construido deliberadamente para mantener su contenido oculto a miradas curiosas?
Para comprender mejor a qué se enfrentaban, el equipo envió las piezas de hierro a un laboratorio para un análisis más profundo. Una tomografía computarizada reveló que los artefactos fueron elaborados con esmero y tenían múltiples usos. Carmen Leg, experta en herrería, examinó los hallazgos y confirmó su antigüedad y función potencial, datando de antes de la década de 1840. Esto solo acentúa el misterio. ¿Quiénes eran estos primeros visitantes y qué ocultaban?
Mientras tanto, la exploración del equipo continúa en un sitio llamado The Garden Shaft. Con grandes esperanzas, excavan más profundamente en los túneles de abajo. Trabajando con el equipo de contratación de DEAS, navegan cuidadosamente por los senderos subterráneos que han dejado perplejos a los buscadores de tesoros durante años. Sin embargo, el agua que se filtra en los túneles presenta un nuevo desafío, que requiere soluciones creativas para mantener su camino seguro y estable. A medida que avanzan, comienzan a encontrar señales de algo masivo bajo tierra. Se encuentran con un gran vacío, al que apodan “La cueva de Aladino”. Esta área hueca sugiere que puede haber algo valioso escondido debajo, tal vez incluso oro. La presencia de estructuras de madera también insinúa que los humanos han trabajado en esta área antes, posiblemente construyendo cámaras secretas para ocultar sus tesoros.
Pero esto no fue lo más sorprendente. Mientras el equipo investiga las perforaciones alrededor del Pozo Moëy, recurren al Dr. Ian Spooner y a sus colegas en busca de ayuda. Mediante técnicas avanzadas, como la espectroscopia de fluorescencia, analizaron el suelo en busca de rastros de metal y otros materiales. Los resultados muestran que la historia de Oak Island es aún más compleja de lo que se creía. Parece que la gente ha estado excavando y posiblemente ocultando cosas en la isla durante mucho más tiempo del que se creía.
A medida que el equipo avanza, salen a la luz más artefactos. Entre ellos, una colección de monedas antiguas encontrada cerca del lote cinco. Estas monedas, que parecen haber sido hechas a mano, se parecen mucho a las monedas romanas que se encontraron en la isla en el pasado. Esto plantea más preguntas. ¿Podría la historia de Oak Island estar conectada con múltiples culturas y períodos históricos diferentes?
La emoción inundó el ambiente cuando Rick Lagina llamó rápidamente a su hermano Marty para que lo acompañara a la excavación de Oak Island. Ya habían hecho un hallazgo emocionante, y el día apenas comenzaba. Al principio de su búsqueda en el lote cinco, Rick se topó con otra moneda. Esta era la tercera moneda que encontraban, y la temporada apenas comenzaba. La moneda, como las demás, parecía hecha a mano. Sus bordes desgastados y su color marrón verdoso indicaban que era antigua, quizás incluso más antigua que la historia de Oak Island. Este hallazgo hizo que los hermanos se preguntaran si podría ser la clave para comprender el misterio más amplio de la isla.
Deseosos de aprender más, Rick y Marty llevaron su creciente colección de monedas a Lared y Emma, los expertos del centro de interpretación. Mediante herramientas modernas como la fluorescencia de rayos X (XRF), que analiza los elementos de los objetos, y la tomografía computarizada, esperaban descubrir el origen de estas misteriosas monedas. Los resultados fueron fascinantes. La primera moneda, hecha principalmente de cobre y plata, parecía diferente de las monedas romanas, que suelen estar hechas de estaño y plomo. Esto hizo que el equipo pensara que, si bien la moneda era antigua, provenía de una época o lugar diferente del que originalmente habían creído.
Pero esto no era lo más desconcertante. Al observar la segunda moneda, encontraron algo intrigante: una tenue imagen de una mujer parecía estar grabada en su centro. Esta moneda estaba hecha de cobre, plomo, estaño y silicio, materiales similares a las monedas romanas halladas anteriormente en la isla. ¿Podría ser una señal de que los Caballeros Templarios, o algún otro visitante temprano, la habían traído a Oak Island?
La tercera moneda, sin embargo, dejó al equipo perplejo. Presentaba un patrón peculiar de eslabones tejidos o en forma de cadena. Un escaneo mostró que estaba hecha de latón, cobre, plata y, sorprendentemente, hierro y manganeso. La inclusión de estos materiales sugería que la moneda podría ser más moderna que las demás, lo que desmintió sus expectativas. Sin embargo, al examinarla más de cerca, Emma observó altos niveles de calcio y fósforo, elementos que se encuentran a menudo en los deniers franceses del siglo XIII. Esto era similar a la composición de una cruz de plomo que habían descubierto anteriormente, lo que dio pie a una nueva teoría sobre las conexiones histológicas entre estos artefactos.
Pero esto no era lo más extraño. ¿Podrían estas monedas indicar comercio o contacto entre diferentes culturas, como los Caballeros Templarios y las poblaciones locales de Oak Island? La curiosidad del equipo aumentó al considerar las posibilidades. ¿Eran estas monedas el resultado de intercambios antiguos entre diferentes grupos?
Motivados por estos descubrimientos, el equipo regresó al lote cinco al día siguiente, ansiosos por encontrar más. Craig Šhragr rápidamente identificó un pequeño objeto de hierro que parecía formar parte de un mapa. Lo enviaron a analizar con la esperanza de que revelara más secretos. Entonces, bajo un montón de escombros, encontraron otra moneda: la cuarta de la temporada. Esta moneda estaba en excelentes condiciones, y su superficie bien conservada permitía ver fácilmente que probablemente era romana. Al igual que las demás monedas, estaba hecha a mano, y su superficie envejecida contaba una historia de muchos años atrás.
Estos descubrimientos fueron emocionantes, pero también hicieron que el equipo se diera cuenta de que solo habían arañado la superficie. Decidieron centrar su atención en la zona pantanosa de Oak Island. En temporadas anteriores, habían descubierto muchos artefactos importantes cerca de la presa. Con acceso limitado a la zona, recurrieron a su vehículo operado a distancia (ROV) para realizar una inspección submarina. Tony se ofreció a sumergirse, ansioso por observar de primera mano.
Mientras Tony exploraba las aguas turbias, hizo un descubrimiento emocionante: trozos de madera que coincidían con los detalles del mapa de la zona de Zena. Estas vigas de madera sugerían actividad humana en el pantano, posiblemente de siglos atrás. Pero esto no era todo. Tony encontró más fragmentos de cerámica y una pipa de marinero de arcilla, todo cerca de una gran roca. Esto llevó al equipo a preguntarse si el pantano había sido alguna vez un lugar oculto donde se guardaban objetos en secreto, intactos durante años.
Pero la mayor sorpresa llegó mientras Tony continuaba su búsqueda. Al barrer la roca, su detector de metales vibró con entusiasmo. Descubrió un objeto parecido a una moneda con un agujero en el centro. Se parecía mucho a las antiguas monedas chinas. Esto planteó aún más preguntas. ¿Podría haber sido el pantano un lugar de comercio? ¿Se habría producido un naufragio aquí? ¿O quizás los indígenas de Oak Island tuvieron un papel importante en la historia de este misterioso lugar?
A medida que profundizábamos, surgieron nuevas pistas que podrían vincular el pasado y el presente de la isla. La presa de Oak Island, construida hace siglos con herramientas y métodos sencillos, podría contener pistas sobre los artefactos que el equipo está descubriendo hoy. Marty Lagina, con un tractor, comenzó a retirar grandes rocas de una depresión circular para preparar una importante excavación. A medida que excavaban más profundamente, Jamie encontró algo sorprendente: una gran pieza de cerámica, posiblemente la más grande jamás descubierta en esa zona, enterrada en la tierra húmeda.
L, el experto del equipo, identificó la cerámica como loza tosca, probablemente elaborada en Inglaterra o Pensilvania a finales del siglo XVIII, alrededor de la década de 1770. Este hallazgo es unos 20 años más antiguo que algunos de los descubrimientos previos en esta parte de la isla. La cerámica podría haber pertenecido a los primeros pobladores de la isla, o tal vez alguien la encontró posteriormente y la guardó para su custodia. Si bien el hallazgo es emocionante, determinar con exactitud su procedencia es complicado sin un análisis más profundo.
El equipo espera con ansias las pruebas del centro de interpretación para aprender más sobre sus orígenes. Mientras continuaban excavando en la misma área circular, Jack y Helen revisaron más tierra y escombros. Helen se sorprendió al no encontrar muchos clavos, lo que normalmente sugeriría que alguna vez hubo una cabaña de troncos allí. Pero pronto, Jack descubrió un paiɩ que parecía provenir de una estructura de madera, anticipando la posibilidad de encontrar más artefactos.
Entonces, Jaime se topó con un cierre metálico diferente a todo lo que habían encontrado antes. Parecía la bisagra de una puerta, y pronto encontró el resto del cierre junto con un gran paiqe. La cabeza con puntas de rosa del paiqe sugería que estaba hecho a mano y que podría datar del siglo XVII, incluso antes del famoso Pozo de los Money.
Pero este no era el único misterio. El equipo empezó a preguntarse si estos artefactos podrían estar relacionados con el primer depositante de tesoros de Oak Island, Sir William Phips. Helen pensó que la ubicación de los hallazgos podría sugerir que estaban cerca de un edificio, posiblemente incluso de una viuda. A medida que el equipo enviaba estos objetos para realizar más pruebas, su entusiasmo por lo que estas piezas podrían revelar sobre la historia del sitio aumentó.
Alejándose del lote cinco, Rick y Gary volvieron a encender sus detectores de metales. Esperaban encontrar más monedas, pero en cambio, se encontraron con una gran correa de metal. Gary supuso que la correa podría haber sido decorativa, posiblemente de un cheto, y que podría estar unida a la pendiente circular que habían estado explorando. Poco después, encontraron otra gran pieza de hierro, esta vez un cierre grueso y pesado con forma de cabeza de rosa. Estos descubrimientos profundizaron sus teorías sobre el pasado de la zona, sugiriendo que podrían existir importantes estructuras en las cercanías.
Pero esto no era lo más extraño. El equipo no entendía por qué artefactos de hierro tan valiosos se dejaban oxidar y descomponer. En el pasado, el hierro era un bien escaso, por lo que parecía extraño que estos objetos se hubieran desechado. Para obtener más respuestas, el equipo envió las piezas a Carmen Leg, una experta herrera. Carmen pensó que la gran pieza de hierro podría haber sido un cincel utilizado en minería o excavación de túneles, posiblemente por los constructores originales o los depositantes de tesoros de la isla.
El examen de Carmen de la correa en forma de arco reveló que probablemente decoraba un cofre o un buey de madera. Este estilo era común entre los franceses en siglos anteriores. Este descubrimiento abrió nuevas posibilidades, sugiriendo que los franceses pudieron haber visitado o utilizado Oak Island antes que los ingleses o incluso Sir William Phips. Esta idea coincide con hallazgos anteriores de Zena Helper, quien había estudiado mapas de Oak Island y Nueva Escocia con escritura francesa, que datan de la época de los Caballeros Templarios.
Mientras tanto, en el Pozo Moëy, la perforación del equipo estaba en pleno apogeo. Esperaban encontrar túneles o estructuras ocultas, pero al principio solo encontraron tierra. Sin embargo, la situación cambió al alcanzar unos 30 metros de profundidad y empezar a encontrar trozos de madera. Esta era una clara señal de que estaban cerca de una estructura de madera, posiblemente un túnel bajo el pozo. A medida que perforaban, emergía más madera, lo que confirmaba la presencia de una estructura subterránea. La gran pregunta ahora era: ¿Adónde conducía este túnel? ¿Podría conectar con el Pozo del Jardín o con la Gota Bebé?
Estos nuevos hallazgos fueron emocionantes, pero también plantearon aún más preguntas, lo que impulsó al equipo a seguir buscando y desentrañando los secretos de Oak Island. Con cada capa descubierta, nos acercamos más a revelar las historias ocultas de la isla. El sendero de madera. Los investigadores que estudian los fragmentos de madera encontrados cerca del Pozo del Jardín han hecho descubrimientos interesantes sobre su origen. Estos fragmentos provienen de árboles similares a los que se encuentran en zonas cercanas.
Un fragmento hallado a unos 32 metros bajo la superficie, en el lado este del Pozo del Jardín, marca un importante primer hallazgo en este lugar. A medida que el equipo excavaba más profundamente, encontraron más trozos de madera a la misma profundidad, pero esta vez, estos fragmentos eran pequeños y se encontraban en un suelo de un tono grisáceo más oscuro. Este cambio de color sugiere que la exploración pudo haber llegado a un pasadizo subterráneo.
Los registros de perforación aportan más información a la historia. Indican que esta zona podría estar cerca de un antiguo yacimiento arqueológico cerca del Pozo del Jardín, lo que refuerza algunas de las sospechas previas del equipo. El nuevo descubrimiento parece indicar que este pasaje no fue creado por excavadores de tesoros más recientes, sino que fue construido por el depositante original. A una profundidad de 33 metros, el equipo encontró más fragmentos de madera que probablemente formaban parte de una estructura antigua, posiblemente una tabla de suelo o un techo deteriorado con el tiempo.
Estos restos forman ahora parte del material que estudian los investigadores. Para profundizar en la exploración, el equipo decidió seguir la ruta de los túneles cartografiados en estudios anteriores. Recolectaron muestras de madera de diferentes perforaciones cerca del Pozo del Jardín y las enviaron a Emma, del Centro de Interpretación, para su posterior análisis. El objetivo era determinar si todos los fragmentos provenían de la misma estructura o si apuntaban a otras construcciones ocultas dentro del pozo.
El análisis de Emma reveló algo bastante sorprendente: la madera contenía trazas de potasio y aluminio, pero no había indicios de metales preciosos como oro, plata o estaño. Sin embargo, sí había rastros de paladio, un elemento químico a esta profundidad, lo que apuntaba a la posible presencia de metales valiosos en las cercanías, como oro o platino. El paladio suele asociarse con la refinación del oro, por lo que este descubrimiento sugirió que los depositantes originales podrían haber estado tratando y refinando artefactos de oro, como monedas u otros objetos.
Pero este no fue el único hallazgo curioso. Emma también confirmó que las muestras de madera provenían de la misma construcción, lo que llevó al equipo a creer que estaban más cerca de encontrar el túnel que podría llevarlos al tesoro.
Mientras tanto, a unos 90 metros del lote 5, Rick y Gary ampliaban su búsqueda en torno a una depresión circular llena de restos de actividad humana pasada. Gary presentía que estos lugares podrían contener metales, y acertó. El equipo marcó varios lugares prometedores con banderas tras encontrar artefactos que databan del siglo XVII o incluso antes. Estos hallazgos sugerían que los humanos habían estado activos en esta zona hace mucho tiempo, y sus actividades podrían haber sido históricamente significativas.
Pero las sorpresas no acabaron ahí. En una estructura de piedra que se cree fue construida por Robert Young, el equipo encontró un pequeño objeto metálico redondo. Tras un estudio más profundo, se dieron cuenta de que se trataba de una punta de plomo de pequeño calibre, posiblemente del siglo XVIII, lo que sugería que podría haber habido acción militar en la isla en algún momento. Este descubrimiento coincidió con los registros históricos de la misión naval del Duque de Anvil, que señalaban a Oak Island como un posible escondite de tesoros navales franceses alrededor de 1746.
Momentos después, el detector de metales del equipo emitió un pitido, lo que los condujo a otro hallazgo a pocos metros de distancia. Al principio, creyeron haber encontrado un casquillo de bala, pero tras consultar con arqueólogos locales, descubrieron que probablemente se trataba de una pieza de equipo militar, posiblemente una mira telescópica.
A medida que el equipo continuaba estudiando estos artefactos, el Centro Interpretativo hizo otro descubrimiento emocionante. Descubrieron que el primer objeto era en realidad una guía de baqueta de mosquete. Esta herramienta, utilizada para cargar munición, fue una innovación de principios del siglo XVI. Curiosamente, la guía tenía números romanos tallados, algo muy característico de la época. Esto sugería que podría ser de un período aún más antiguo o tener un uso específico y especializado.
Pero el detalle más sorprendente se reveló después. Una tomografía computarizada de la guía reveló marcas aún más intrincadas, incluyendo un agujero y una inscripción. Esta inscripción era similar a los elementos estructurales encontrados en el código de Smith, lo que sugiere un posible vínculo entre los hallazgos en el Pozo del Jardín y actividades histológicas más amplias en Oak Island. Esta conexión podría indicar actividad humana más oculta en la isla, posiblemente a lo largo de diferentes épocas.