Steve Greig, un contador que reside en Colorado, vive una vida que dista mucho de ser ordinaria. Su hogar es un santuario lleno de amigos peludos,…
Steve Greig, un contador que reside en Colorado, vive una vida que dista mucho de ser ordinaria. Su hogar es un santuario lleno de amigos peludos, pero no es la cantidad de mascotas lo que hace que su historia sea notable; es su edad y el increíble amor y devoción que él derrama sobre ellos. Entre su diversa familia animal, la mayoría son personas mayores y ocupan un lugar especial en el corazón de Steve.Steve comparte su hogar no sólo con diez perros, cada uno con su personalidad y peculiaridades únicas, sino también con dos gatos y una colección de animales de granja. Esto incluye un encantador cerdito llamado Bikini, dos patos, dos palomas, dos gallinas y un encantador conejo. Es evidente que la compasión de Steve no conoce límites.
Lo que distingue la historia de Steve es su inquebrantable dedicación a brindar un hogar amoroso para perros mayores que a menudo luchan por encontrar un hogar permanente debido a su edad. La afinidad de Steve por los animales se remonta a su educación, donde sus padres amantes de los animales alentaron su amor por las criaturas grandes y pequeñas. Recuerda con cariño: “Mis padres amantes de los animales casi siempre me dejaban tener todo lo que quería, siempre y cuando pudiera cuidarlo”.
El viaje de Steve hacia la adopción de perros mayores comenzó cuando experimentó la pérdida de uno de sus queridos compañeros caninos. El dolor pesaba mucho en su corazón y compartió: “Estaba bastante devastado por ese fallecimiento. Incluso después de un mes o dos, todavía me sentía muy mal por eso. Llegué a la conclusión de que la única manera de sentirme mejor”. Sería que sucediera algo grande que no hubiera sucedido si él no hubiera fallecido”.
Impulsado por el deseo de honrar la memoria de su difunto amigo y brindarle una buena vida a otro perro que lo merecía, Steve se aventuró a un refugio cercano. Allí adoptó a un chihuahua de 12 años llamado Eeyore, a pesar del soplo cardíaco del perro y otros problemas de salud. No sabía que este acto de bondad sería el comienzo de su increíble viaje cuidando perros mayores.
La devoción de Steve por su familia peluda es nada menos que extraordinaria. De los diez perros que cuida, ocho son suyos, mientras que los otros dos pertenecen a su hermana y a un compañero de cuarto. Cada día comienza temprano para Steve, ya que se levanta a las 5 am para preparar el desayuno, teniendo en cuenta las necesidades dietéticas únicas de cada uno de sus compañeros caninos.
La historia de Steve es un hermoso testimonio del poder transformador de la compasión y del vínculo duradero entre humanos y animales. Ha dedicado su vida a brindarles a los perros mayores una segunda oportunidad, brindándoles un hogar amoroso y el cuidado que merecen.
En un mundo donde innumerables animales esperan ser adoptados, la historia de Steve Greig sirve como un inspirador recordatorio de que el amor no conoce edades y que cada animal, independientemente de sus años, merece la oportunidad de experimentar la calidez, la bondad y la alegría de una vida eterna. hogar.